Sin duda alguna, la parte más importante y necesaria de una piscina es la depuradora. Llamada así de forma abreviada, entendemos como depuradora al conjunto de equipos que nos permite mantener el agua de nuestra piscina en buen estado.
Particularmente nos gusta explicar y dividir el equipo de depuración en dos partes. Una parte de filtración, que está compuesta principalmente por una bomba de agua, un filtro y un circuito cerrado de fontanería. Y otra parte de tratamiento, que sirve principalmente para mantener en el agua los niveles correctos de pH y cloro.
Siendo cierto que la depuradora no es el objeto de este artículo, con lo ya dicho, podemos hacernos a la idea de que todos estos equipos necesitan de una estancia, para poder albergarlos y mantenerlos en óptimas condiciones. Aquí entra en escena nuestro cuarto de máquinas.
A la hora de diseñar el cuarto de máquinas para una piscina siempre partimos de estas premisas:
- Dimensiones: evidentemente debemos saber lo que ocupan nuestros equipos, pero además debemos sumarle el espacio necesario para configurar una buena instalación. Hay distancias mínimas que debemos de cumplir cuando instalamos sensores de pH, cloro, temperatura, etc. Las entradas y salidas de la bomba deben de ser dulces, haciendo los giros con dos codos de 45º preferentemente. Es importante tener en cuenta que esto es solo un detalle de una gran lista de pequeños detalles que hacen que nuestros equipos funcionen de la manera más óptima.
- Estanqueidad y ventilación: los cambios de temperatura, debido al paso de agua por los tubos, pueden generar condensaciones; además, en estos cuartos almacenamos productos químicos que desprenden vapores agresivos. Una buena ventilación minimizará estos factores y alargará la vida útil de nuestros equipos.
- Accesibilidad: como mínimo se deberá interactuar con la depuradora una vez a la semana, para pasar la barredera, limpiar el pre-filtro de la bomba, controlar niveles de pH y cloro, etc. Por ello es importante que el cuarto de máquinas tenga un acceso cómodo, pudiendo trabajar de pie frente a los equipos. Es por ello que, en nuestras piscinas, los cuartos enterrados siempre son la última opción.
- Cercanía a la piscina: desde el cuarto de máquinas debemos tener contacto visual directo con la piscina. Además siempre recomendamos que esté a una distancia no mayor de unos 5m, lo cual, nos facilitará los trabajos de mantenimiento y disminuirá perdidas de carga en nuestro circuito de fontanería. Todo esto sin profundizar en las pérdidas de calor que tenemos en una piscina climatizada.
- Seguridad: ¡agua y electricidad juntas!, este punto creemos que no requiere más comentarios.
Si conseguimos resolver todos estos puntos con éxito, contaremos con un buen cuarto de máquinas, que alargará la vida útil de nuestros equipos, hará que trabajen en condiciones óptimas y además serán fáciles de manipular y mantener.
También te puede interesar: Ideas para tu piscina
¿Listo para tener tu piscina? Consulta con nuestro técnico tus dudas aquí